Artículo basado en una publicación de la revista Science
Una breve siesta puede ayudarte a despertar la creatividad y mejorar tu capacidad para resolver problemas.
Cuando Thomas Edison golpeaba una pared con sus inventos, tomaba una siesta en un sillón mientras sostenía una bola de acero. Cuando empezaba a quedarse dormido y sus músculos se relajaban, la pelota golpeaba el suelo y lo despertaba con soluciones a sus incógnitas científicas rondándole la cabeza. O eso dice la historia.

Thomas Edison sosteniendo la famosa bola de metal para fomentar su creatividad interrumpiendo el sueño superficial
Recientemente, más de 100 años después, los científicos han repetido el truco en un laboratorio, revelando que el famoso inventor había identificado una estrategia para la creatividad. Las personas que siguieron su receta triplicaron sus posibilidades de resolver un problema matemático. Al parecer el truco consiste en despertar en la transición entre el sueño y la vigilia, justo antes del sueño profundo.
«Es un estudio maravilloso», dice Ken Paller, un neurocientífico cognitivo de la Universidad Northwestern que no formó parte de la investigación. Trabajos anteriores ya habían demostrado que las etapas de sueño profundo son claves para la creatividad, sin embargo, este es el primer estudio en explorar el período de inicio del sueño y su papel en la resolución de problemas.
Se trata de un período de transición en el cual, no estamos del todo despiertos, pero tampoco profundamente dormidos. Puede ser tan breve como un minuto y ocurre justo cuando empezamos a quedarnos dormidos. Nuestros músculos se relajan, tenemos pensamientos oníricos y visiones llamadas hipnagogias, generalmente relacionados con experiencias recientes. Esta fase pasa desapercibida la mayor parte del tiempo a menos que sea interrumpida por la vigilia. Al igual que Edison, el pintor surrealista Salvador Dalí también creía que interrumpir el inicio del sueño podría impulsar la creatividad, en su caso, uso una llave pesada en lugar de una bola de metal.
Los investigadores diseñaron un experimento para comprobar si Dalí y Edison estaban en lo cierto, para ello, los investigadores reclutaron a más de 100 personas con facilidad para entrar en el estado de sueño. A continuación, el equipo les pidió realizar una prueba de matemáticas que les exigía convertir cadenas de ocho dígitos en nuevas cadenas de siete mediante el uso de reglas específicas de manera escalonada, como «repetir el número si el dígito anterior y el siguiente son idénticos». A los voluntarios no se les dijo que había una manera más fácil de obtener las respuestas correctas siguiendo una regla oculta: el segundo número en su cadena final era siempre el mismo que el último número en la misma cadena.
Aquellos que no encontraron el truco tras 30 intentos les permitieron un descanso de 20 minutos en una silla en una habitación oscura. Cada uno sostenía una botella de plástico en su mano derecha mientras los investigadores registraban su actividad cerebral con cascos de electroencefalografía, que miden las ondas eléctricas producidas por las células neuronales. También, se les dijo que una vez despertasen al dejar caer la botella, informaran en voz alta lo que tenían en mente.
La mayoría de los que durmieron la siesta reportaron varias visiones: números bailando y formas geométricas, el Coliseo Romano, una habitación de hospital con un caballo. Después del descanso, los participantes volvieron a completar los problemas de matemáticas.
Los investigadores no vieron ninguna conexión entre el contenido de las visiones de las personas y su desempeño en la tarea. Pero al observar la actividad cerebral, encontraron que aquellos que dormían una siesta y eran interrumpidos durante la primera fase del sueño eran tres veces mejores para encontrar la clave oculta del problema que aquellos que permanecían despiertos. 20 personas de los 24 (83%) del grupo que hizo siesta encontraron la respuesta, en comparación con solo 15 de los 59 (30%) que permanecieron despiertos.
El efecto “creativo” ocurrió incluso para las personas que pasaron solo 15 segundos en la primera etapa del sueño. Sin embargo, el truco no funcionó para aquellos que alcanzaron etapas posteriores del sueño. “Nuestros hallazgos sugieren que hay un punto ideal creativo durante el inicio del sueño”, dice la autora Delphine Oudiette, investigadora del sueño en el Instituto del Cerebro de París. «Es una ventana pequeña que puede desaparecer si te despiertas demasiado temprano o duermes demasiado».
Al contrario de la historia de Edison, el momento eureka no llegó inmediatamente después de despertar en este estudio. Las personas realizaron un promedio de 94 veces la prueba de matemáticas después de la siesta para tener una idea. “No es como si pudieras tomar una siesta y despertarte con una solución de inmediato”, dice Oudiette. (Ella misma ha probado la técnica varias veces, pero cree que su aplicación es complicada en la vida real, cuando las soluciones a la mayoría de nuestros problemas no están tan bien definidas como un cálculo matemático).
Aun así, el investigador del sueño Tore Nielsen de la Universidad de Montreal se sorprendió de que períodos tan cortos de sueño tuvieran un efecto tan significativo. Los científicos asumieron anteriormente que se necesitarían períodos de sueño más largos para mejorar la capacidad de resolución de problemas, dice Nielsen, que no participó en el trabajo. Ha adoptado el truco de Edison en su vida personal, toma una siesta en su escritorio y se despierta cuando su cabeza cae hacia adelante para luego escribir sus sueños. Ahora que la técnica está validada, dice, facilitará la investigación sobre el sueño y la creatividad.
Además, el equipo del estudio identificó un patrón de actividad cerebral relacionado con la fase de impulso de la creatividad: niveles moderados de ondas cerebrales a una frecuencia lenta conocida como alfa, asociada con la relajación, y niveles bajos de ondas delta, un sello distintivo del sueño profundo.
La Dra. Oudiette sugiere que, de ahora en adelante, los investigadores pueden profundizar en esta firma cerebral para descifrar los mecanismos sobre la resolución de problemas. Su equipo ya ha planeado un experimento para ayudar a las personas a llegar a una zona creativa mediante el seguimiento de sus ondas cerebrales en tiempo real. «La intuición de Edison tenía sentido», añade, » ahora tenemos mucho más que explorar».
Para saber más:
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