En el cambio de hora, o en la aplicación del horario de verano (DST), la hora perdida de sueño no proviene del tiempo de vigilia, sino de las horas de descanso. Esto resulta en muchos problemas asociados con la privación del sueño y los ritmos circadianos interrumpidos. En este sentido, son varios los estudios que han descrito un incremento modesto pero real del infarto agudo de miocardio (IAM).
En una reciente revisión publicada en la revista European Review for Medical and Pharmacological Sciences, se evaluó la asociación entre DST e IAM. Los autores hicieron una búsqueda bibliográfica a través de las bases de datos MEDLINE, EMBASE y Google Scholar (años 2009-2016). El análisis se hizo sobre 6 estudios que incluían un total de 87,994 casos.
En todos los estudios se confirmó un aumento de entre un 4% y 29% de la incidencia del IAM en aplicación del horario de verano. Solo 1 mostró una mayor incidencia de IAM en la aplicación del horario de invierno.
Podéis consultar el estudio completo aquí.