El sueño suficiente y de calidad es nuestro mejor aliado para proporcionarnos el bienestar y la salud que necesitamos para alcanzar nuestros propósitos personales y profesionales.
El sueño tiene un efecto vital en los procesos cerebrales y en la mayoría de los sistemas corporales. Realiza importantes funciones de reparación y regulación que mantienen nuestra salud y nos protegen de enfermedades. Sin embargo, como ocurre con muchos otros aspectos, solo somos conscientes de la importancia del sueño reparador cuando lo perdemos y, por desgracia, ya padecemos alteraciones o trastornos de sueño como pueden ser el insomnio o la apnea obstructiva, entre los más frecuentes. La evidencia científica es clara respecto a los efectos perniciosos de la privación o el sueño de baja calidad para nuestras vidas y nuestra salud, así como para nuestro bienestar en general. Sabemos que nos predispone a enfermedades y que dificulta la realización de nuestras actividades diarias afectando a nuestro aprendizaje y rendimiento. Incluso comenzamos a comprender que el sueño insuficiente puede modificar nuestro humor y comportamiento, dificultando nuestra capacidad para llevar una vida saludable y mantener relaciones sociales sanas y significativas. Si la falta de sueño ya sea por cantidad o calidad, tiene esos efectos negativos para nuestras vidas, ¿por qué no en sentido contrario, cuidar nuestro sueño —como tratamos de hacer con una alimentación y una actividad física saludable— podría ser nuestra mejor baza para estar sanos y felices?
El impacto del sueño en el bienestar y la calidad de vida va mucho más allá de sus beneficios para la salud. Se han encontrado evidencias sobre su influencia en nuestro bienestar psicológico, emocional y social, así como su relevancia para alcanzar nuestros propósitos vitales y nuestra capacidad de ser felices. Lo que indica que probablemente estamos subestimando nuestro mejor y más accesible recurso para lograr la vida que queremos.
El sueño es una fuente de bienestar emocional y social
La investigación reciente sugiere que el sueño reparador es el sustrato para nuestro bienestar emocional y capacidad de empatía, ayudándonos relacionarnos de forma más compasiva y significativa. Estos hallazgos tienen implicaciones en todos los ámbitos de nuestra vida, ya sea en el entorno laboral o con nuestros familiares y amigos. Las investigaciones en el campo sugieren que una de las funciones del sueño REM podría ser la de disminuir la carga visceral (emociones) asociadas a experiencias afectivas de los días anteriores, para preservar los aprendizajes sin las emociones negativas. Así como, que el sueño colabora en la modulación emocional de forma previa a las experiencias, mejorando nuestra sensibilidad, especificidad y respuesta a los eventos emocionales nuevos [1].
Asimismo, otro de estos estudios asoció un mejor estado de ánimo y mayor sensibilidad a las emociones de los demás, al igual que una menor reactividad a las expresiones faciales negativas de otras personas. Lo cual, sugiere que somos más empáticos cuando dormimos mejor y de forma regular [2]. En cambio, en un estado de privación de sueño, es más probable que nuestro cerebro malinterprete estas señales y reaccione exageradamente a los eventos emocionales, expresando los sentimientos de una manera y tono de voz más negativos.
Respecto a las interacciones sociales, una investigación de la universidad de Berkeley halló una relación entre la privación de sueño y el aislamiento social. Según el investigador principal, Matthew Walker: “Cuanto menos duermes, menos quieres interactuar socialmente. A su vez, otras personas te perciben como menos receptivo, lo que aumenta aún más el grave impacto de aislamiento social debido a la pérdida de sueño” [3].
También se han encontrado evidencias sobre la capacidad del sueño para hacernos más optimistas y tener experiencias más positivas que, sin ninguna duda, nos abren a la creatividad y a resolución de problemas. [4]
Los humanos somos seres sociales que necesitamos las relaciones interpersonales, por un lado, para sentirnos conectados y, por otro, para poder realizar las acciones conjuntas en las comunidades que formamos parte, que de alguna manera caracterizan el progreso e innovación humanas.
Dados los beneficios del sueño de calidad para la empatía y el bienestar social, es importante que entendamos cómo funciona el sueño y apliquemos las recomendaciones basadas en este conocimiento científico, y así beneficiarnos del poder que brinda el sueño para mejorar nuestra vida en todas sus dimensiones.
Autores y colaboradores
Escrito por Rut A. Ruiz Fernández, redactora científica en AdSalutem Instituto del Sueño.
Referencias bibliográficas:
- Goldstein AN, Walker MP. The role of sleep in emotional brain function. Annu Rev Clin Psychol. 2014;10:679-708. doi: 10.1146/annurev-clinpsy-032813-153716. Epub 2014 Jan 31. PMID: 24499013; PMCID: PMC4286245.
- Gujar N, McDonald SA, Nishida M, Walker MP. A role for REM sleep in recalibrating the sensitivity of the human brain to specific emotions. Cereb Cortex. 2011 Jan;21(1):115-23. doi: 10.1093/cercor/bhq064. Epub 2010 Apr 26. PMID: 20421251; PMCID: PMC3000566.
- Ben Simon, E., Walker, M.P. Sleep loss causes social withdrawal and loneliness. Nat Commun 9, 3146 (2018). https://doi.org/10.1038/s41467-018-05377-0
- Lima MG, Barros MBA, Ceolim MF, Zancanella E, Cardoso TAMO. Sleep duration, health status, and subjective well-being: a population-based study. Rev Saude Publica. 2018 Sep 3;52:82. doi: 10.11606/S1518-8787.2018052000602. PMID: 30183844; PMCID: PMC6122876.