Las alteraciones de sueño afectan a más del 50% de las personas con cáncer, una alteración que interfiere tanto en la recuperación como en la calidad de vida. No obstante, todos los trastornos de sueño se pueden corregir con pautas y tratamientos específicos. Te explicamos por qué se afecta el sueño tras el diagnóstico y durante el tratamiento del cáncer, y qué puedes hacer para volver a dormir mejor.
A menudo las personas que padecen problemas de sueño tienden a resignarse a sufrirlos porque creen que no es posible corregirlos. La resignación es especialmente frecuente en personas que padecen enfermedades complejas como el cáncer, debido a que “desde el momento de diagnóstico asumen estos malestares como efectos secundarios de los tratamientos para el cáncer” explicó la Dra. Catalina Falo en una de las tertulias Oncológicas moderadas por el Dr. Ramón Salazar. Sin embargo, no es necesario ni recomendable hacerlo, ya que el conocimiento científico y la experiencia clínica nos ha demostrado que la función reparadora del sueño puede ser una aliada para el éxito de los tratamientos, y una herramienta terapéutica que aporta bienestar físico y psicológico a los pacientes, ayudando a sobrellevar los momentos más duros del proceso.
Debido a su importancia, es cada vez más frecuente que los equipos sanitarios se preocupen por el descanso de sus pacientes, e incorporen expertos en medicina del sueño entre sus especialistas, que puedan ofrecer recursos psicoeducativos y tratamientos específicos para corregir los trastornos de sueño más habituales.
¿Por qué se ve afectado el sueño?
Números factores se ven implicados en las diferentes alteraciones de sueño que existen, y más aún en aquellas asociadas a patologías o convalecencias como el cáncer. Las cuales pueden alteran por sí mismas o debido al tratamiento, la biología y la arquitectura del sueño, impidiendo el sueño reparador.
En personas con cáncer el trastorno de sueño más habitual es el insomnio, y el primer desencadenante para esta alteración es el propio diagnóstico de la enfermedad. La noticia es un evento perturbador que provoca toda una serie de procesos psicológicos de angustia e incertidumbre que impactan en el sueño y la calidad de vida de la persona que recibe la noticia. Las preocupaciones suelen generar pensamientos intrusivos que impiden dormir o producen despertares. Por esta razón la psicoeducación y la terapia cognitivo conductual son las mejores herramientas para reconducir los pensamientos y conductas que dificultan el sueño.
Después, a medida que avanza el tratamiento se suman otros factores, como pueden ser el dolor físico o los efectos secundarios del tratamiento (fármacos, radioterapia, quimioterapia) que pueden alterar de múltiples maneras la fisiología de sueño. Una de las molestias más frecuentes, que impiden o interrumpen el sueño, son problemas gastrointestinales asociados al tratamiento como las náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea.
Por otra parte, las terapias hormonales utilizadas para algunos tipos de cáncer pueden alterar la regulación endocrina del sueño y producir alteraciones en el descanso. Además, debido a la alteración hormonal es frecuente que algunas mujeres presenten síntomas de «pseudomenopausia» como sudoración y sofocos que también pueden dificultar o interrumpir el sueño, modificando su patrón e impidiendo el sueño reparador.
Asimismo, los fármacos como los corticoides también pueden alterar el ciclo de sueño y provocar un sueño deficiente con síntomas que afectan a la vida diaria y dificultado la respuesta al tratamiento y/o recuperación de la enfermedad.
Reconocer el insomnio. ¿Qué es y qué síntomas provoca?
El insomnio se define como una percepción de disconformidad con la calidad y/o la cantidad de sueño, 3 o más noches a la semana, que se mantiene durante más de un mes. Puede manifestarse como dificultades para iniciar el sueño, mantenerlo o despertar precozmente por la mañana. En cualquiera de sus formas, el insomnio conduce a un déficit de horas de descanso y fragmentación del sueño, que produce síntomas diurnos como la somnolencia excesiva, la fatiga, alteraciones de concentración y memoria, y que puede tener consecuencias graves para el estado de ánimo y el bienestar emocional de la persona.
Fármacos para dormir
La medicación para dormir se debe tomar únicamente cuando es necesaria y ha sido recetada por un médico. Por ejemplo, podría ser útil al recibir el diagnóstico de la enfermedad, ya que, en ese caso, ayudaría a que la persona pueda conciliar el sueño. Sin embargo, se debe evitar el tratamiento con fármacos a largo plazo, por un lado, porque pueden provocar dependencia y, por otro, debido a que, tal como señala el Dr. Iranzo “Este tipo de medicinas suelen traicionar la estructura del sueño. Se consigue dormir, pero el efecto reparador del sueño no es el mismo”. Es fundamental, especialmente en procesos patológicos como estos, preservar en la medida de lo posible el sueño reparador para que se realicen las funciones restauradoras y protectoras del organismo, como puede ser el cuidado del sistema inmunológico, tan importante en una enfermedad como esta. De modo que, para lograrlo, hay que respetar la arquitectura del sueño.
Cambios en la arquitectura del sueño en el insomnio y tomando fármacos para dormir. Fuente: En búsqueda del hipnótico ideal: tratamiento farmacológico del insomnio. Leer artículo.
En el gráfico anterior podemos ver que la arquitectura del sueño se ve alterada tanto en una persona con insomnio sin tratar, como en una que toma benzodiacepinas. El insomne presenta más despertares nocturnos y menos sueño profundo que una persona sin alteración del sueño. Asimismo, vemos que, aunque las personas que toman benzodiacepinas consiguen dormir, tiene un sueño menos sueño profundo, mermando lo que llamamos sueño reparador.
Los trastornos del sueño son una secuela invisible para los demás, pero muy incapacitante para la persona que lo padece. No obstante, no hay por qué resignarse a un sueño deficiente, aunque estemos conviviendo con una patología como el Cáncer. Las alteraciones de sueño tienen tratamientos específicos, y muy efectivos, para mejorar el sueño de todas las personas.
Consejos para lidiar con los problemas de sueño durante el tratamiento del cáncer
La mejora de los tratamientos ha llevado a que muchas personas sobrevivan y alarguen su vida cronificando la enfermedad, por lo tanto, tal como dijo la Dra. Catalina Falo “hay quien vive con el diagnóstico, con secuelas, e incluso con cáncer, de modo que es importante proteger la calidad de vida de todos ellos a través de un sueño reparador”.
Las pautas de higiene de sueño son la primera intervención para lograr una mejor calidad del descanso, y consisten en incorporar o reconducir nuestros hábitos para hacerlos más saludables e inducir el sueño. Estas recomendaciones se basan en los mecanismos biológicos del sueño y su interacción con nuestras actividades y rutinas. Sin embargo, no todo le funciona a todo el mundo. Es importante que cada uno encuentre las mejores estrategias para sí mismo, ya que el patrón de sueño de cada uno depende de factores como la edad, la etapa vital, nuestro ritmo de vida y el estado de salud en el que nos encontramos.
Por otra parte, sé amable contigo mismo. Los resultados no son inmediatos, van llegando con el tiempo a medida que vamos incorporando las nuevas rutinas y reconduciendo nuestros hábitos.
Recomendaciones generales para mejorar el sueño
Nota: En estados de convalecencia o enfermedades crónicas cualquier pauta o recomendación debe consultarse con el equipo médico que lleva el tratamiento.
- Horarios regulares para realizar las actividades diarias (alimentación, ejercicio y patrón de sueño), también durante los fines de semana. En caso de hacer una breve siesta, es recomendable que no supere los 20 minutos.
- Equilibrio entre luz y oscuridad. La luz en la fase oscura del día inhibe la síntesis de melatonina, imprescindible para la calidad del sueño.
- Dieta basada en alimentos ricos en triptófano como los lácteos, frutos secos, plátano, aguacate, carnes o pescados.
- Hacer ejercicio regular a primera hora de la mañana o inicio de la tarde. El ejercicio ayuda a conciliar el sueño.
- Diseñar un ritual de sueño con actividades relajantes y desconexión antes de acostarse como un baño tibio o una lectura.
- Aprender y practicar alguna técnica de relajación.
- Propiciar un ambiente cómodo con una temperatura y humedad suaves.
- No automedicarse, sólo cuando sean prescritos por un médico y no tomarlos más allá de los 3 meses.
- Es importante mencionar que el insomnio tiene un fuerte componente psicológico que depende de las características de la persona, de manera que debe tratarse de manera personalizada por expertos en medicina del sueño.
En ocasiones, es difícil comenzar a ver resultados al aplicar las recomendaciones y pautas para mejorar el sueño, por ello es fundamental seguir las pautas varias semanas y consultar con tu médico. En cualquier caso, si deseas acompañamiento profesional o persisten síntomas como la somnolencia diurna, la fatiga y el bajo estado de ánimo, es fundamental acudir a un experto en medicina del sueño, que evalúe el caso con un estudio de sueño que indique el tipo de trastorno y tratamiento más adecuado.
Gestión de los pensamientos y emociones
Realizar terapia psicológica, en concreto, la terapia cognitivo conductual para el insomnio (TCC-I) ayuda a afrontar el diagnóstico y el tratamiento del cáncer, así como aporta las herramientas para reconducir los pensamientos y conductas que desencadenan el insomnio y la ansiedad, facilitando la conciliación y calidad del sueño.
Al mismo tiempo, mejorar el sueño también influye positivamente en el bienestar emocional y el estado de ánimo, gracias a la regulación de las emociones que se lleva a cabo durante el sueño, especialmente durante la fase REM.
Informa a tu equipo médico de cualquier alteración de sueño
Es prioritario que quiénes llevan tu tratamiento conozcan todos los síntomas y efectos secundarios que aparezcan, incluidos, los problemas de sueño sean del tipo que sean. Ellos estudiaran si derivarte a un estudio de sueño, pueden indicarte una terapia adecuada o, en el caso de necesitar algún fármaco que sea compatible con el resto de medicación.
Autores y colaboradores
Escrito por Rut A. Ruiz Fernández, redactora científica en AdSalutem Instituto del Sueño.
Este artículo ha sido redactado en base a la intervención de los Dres. Antoni Esteve y Dr. Alejandro Iranzo en una de las últimas tertulias oncológicas organizadas por el Dr. Ramón Salazar.
Para saber más:
Tertulias oncológicas. Sueño y calidad de vida. Leer artículo.
Tertulias oncológicas, Cáncer de mama y trastornos de sueño. marzo de 2021. Dres Antoni Esteve y Alejandro Iranzo Leer artículo.
Trastornos de sueño en pacientes con cáncer. Instituto Nacional del Cáncer Leer artículo.
Chávez, Mervin, Nava, Manuel, Palmar, Jim, Martínez, María Sofía, Graterol Rivas, Modesto, Contreras, Julio, Hernández, Juan Diego, & Bermúdez, Valmore. (2017). En búsqueda del hipnótico ideal: tratamiento farmacológico del insomnio. Leer artículo. Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica, 36(1), 10-21.
Catalina Falo Zamora, Helena Villar Abelló, Eva Rodríguez Bruzos, Marisa Mena Cervignon, Antoni Font Guiteras. (2014). Calidad de vida en cáncer de mama metastásico de larga evolución: la opinión de las pacientes. Leer artículo. Psicooncología: investigación y clínica biopsicosocial en oncología. ISSN 1696-7240, Vol. 11, Nº. 2-3, 2014